Filosofía Podada

Wednesday, October 31, 2007

Miscelanea

Católico: Un señor se quejaba en RNE (14-10-07) de que esta radio hablara mal de los católicos, cuando él pagaba los impuestos, y por tanto colaboraba a su financiación. C/ Si paga, sólo le tiene que decir lo que le gusta. De lo contrario se anuncia en otra parte. Supone, además, que el ateo, o el de otra religión, no paga, y, aunque lo haga, no le da derecho a que ‘su’ Radio hable bien de sus opciones. No somos iguales. ¡Faltaría más!

Paradoja: Implica contradicción. La contradicción no niega la totalidad, sino quizá solo parte. Dos proposiciones contradictorias no se anulan, eso lo hacen las contrarias. Las religiones, por ejemplo, abusan tanto de la metáfora que llaman vida a la muerte, éxito al fracaso y victoria a la derrota. Se oye en los funerales de Iglesia Católica que la victoria de Cristo sobre la muerte es la que nos permite esperar lo mismo… También Sadam Jusein celebraba ante su pueblo la victoria en la primera Guerra del Golfo, cuando sus soldados se habían rendido totalmente. Paradojas del lenguaje.

Políticos: El PP ha dedicado toda la legislatura a impedir que el Gobierno gobierne, con la única intención de demostrar que solo pueden gobernar ellos, aunque las urnas digan otra cosa, y el Parlamento acuerde cosas distintas. No se han dedicado a mejorar las leyes que se aprobaron, sino a negarlas casi todas, unas porque no les convencen y otras porque no son oportunas. Pero, sin embargo, han cobrado sus sueldos como si se hubieran dedicado a mejorar el gobierno de España. ¡Qué cosa! Es como si yo me hubiera dedicado a despotricar contra la LOE en vez de dar clase.

Símbolos: Hoy (12-10-07) se habla mucho en España del aprecio o menosprecio de nuestros símbolos. El PP está intentando demostrar que nadie los aprecia como ellos y que todos los españoles los necesitamos más que el comer. Cuando alguien escupe en la foto de mi madre, yo sé por qué me enfado. Sin embargo, cuando queman la bandera de España no tengo tan claro por qué me enfado, si lo hago. Hay quien dice que el apátrida lo que busca es camuflar la responsabilidad (J.A. Marina), mientras que otros dicen que el patriotismo es el refugio del bribón. Desde luego, yo no capto bien la diferencia entre ‘nacionalista’ y ‘patriota’.

Verdad: La verdad no es. De la verdad se habla, si exceptuamos las reglas de juegos lógicos, matemáticos o de mesa. Pero solo se puede hablar en serio de la verdad en función de criterios, y éstos se establecen a partir de los asuntos concretos que se estén tratando. La verdad en Medicina se basa en el concepto de salud (elementos que intervienen y grados), en Moral se basa en lo que se piensa (o cree), en Ciencia se basa en la experiencia, y en todos los supuestos posibles hay que tener en cuenta siempre los resultados. La Filosofía y la Ciencia van juntas, pero la Filosofía puede seguir donde la Ciencia se detiene, porque aquella tiene el ‘deber’ de pensar en todo (intereses y valores). Las verdades son todas parecidas: ‘Dios existe’ es verdad (moral) mientras haya quien lo crea así (criterio: creencia); ‘En ajedrez salen las blancas’ es verdad mientras no se acuerde hacerlo por sorteo (criterio: convenio). ‘2+2=4’ hasta que no sea necesario formularlo de otro modo: ‘2+2=+-4’, por exigencia de una previa definición de la ‘unidad’ que entra en juego, por ejemplo: manzanas (si se tiene en cuenta peso, tamaño, calidad, madurez…). Es verdad que ‘2+2+=4’ siempre que no se aplique a nada, es decir, como juego mental puro construido a partir de una abstracción. Por otra parte, la mentira, como preferencia del Diablo, es lo más atractivo, porque nos lleva al campo de la ficción, nos permite infinitas posibilidades (carece de la atadura del criterio), siempre ha tenido más éxito. En cuestión de creencias es muy difícil discernir la verdad de la mentira, basta fijarse en todas las religiones cuyo fundamento siempre forma parte de ese criterio nebuloso y extraño, que permite esperar ‘razonablemente’ la solución de problemas imposibles y la realización de absurdos sueños ‘futuros’, cuya verdad está siempre en función de cómo sean las cosas en otro mundo. No importa. Ciertas mentiras tienen esta virtualidad, la de parecer verdaderas, incluso siendo absurdas: Credo quia absurdum (creo porque es absurdo: Tertuliano, 160-149).