Filosofía Podada

Thursday, November 01, 2012


Ser sí mismo

Quienes defienden y difunden que lo más importante es ser uno mismo, deberían aclarar qué quieren decir: Ser autónomo, no estar sometido a nada ni a nadie, pensar por cuenta propia, no importar los demás, no cambiar… 
Pienso que a mucha gente no le interesa seguir siendo lo que es, por eso quiere cambiar: estudia, duda, se informa, intenta ser más amable, pide disculpas, etc.  
En cierto modo, es un tontería luchar por ser uno mismo, dado que eso , precisamente, es inevitable, ya que incluso el explotado, ignorante, engañado, descontento, etc. suele ser todo eso por empecinarse en ser sí mismo, por no intentar ir dejando de ser como es para ir siendo de otro modo (éste es el fin de la educación, por ejemplo). 
Lo verdaderamente importante es luchar por ir siendo como se debe ser, cambiando siempre, según se van descubriendo nuevos valores, o se va modificando la manera de entender los de siempre.

Papel del filósofo

Papel del filósofo

Emilio Lledó dice que “el filósofo expresa la conciencia crítica de su época”. 
El filósofo debe ser un minero del lenguaje, y, en cierto modo, su arquitecto, para extraer tesoros y bruñir nuevas joyas a partir de los mismos, mediante un metódico y meticuloso trabajo. 
Por ser el filósofo el buscador de la sabiduría, tiene que aprender a manejar el lenguaje para acceder a los 'lugares' donde la sabiduría puede estar. Debe saber ser capaz de cultivar lo mejor y contrarrestar lo peor. Y cuando lo peor parece que lo abarca e invade todo, deberá seguir buscando el posible resquicio por donde todavía pueda asomar algo bueno. 
A lo largo de la historia, el filósofo ha tenido que dedicarse más a 'barrer' que a 'construir', a basurero que a arquitecto. Por eso, muchos no han sido capaces de superar la etapa valorativa del proceso crítico (análisis, comprensión, valoración y decisión), al ser absorbidos principalmente por lo negativo de su análisis (¡esto no tiene arreglo!). Por ello, la filosofía se convierte a veces en lamento y no en ilusión por superar e intentar  mejorar la situación, como ha expresado el existencialismo heideggeriano (‘ser para la  muerte’), el cinismo, estoicismo, escepticismo… 
Hace falta pues saber qué es lo mejor y lo peor y construir un método que ayude a avanzar hacia lo mejor. 
Por otra parte, el filósofo tiene que proceder siempre con 'orden' (lógica), pero no puede ser 'ordenado' siempre, sino ‘abierto’ e incluso ‘osado’,  para favorecer la posibilidad de ciertas ‘salidas’ e 'invasiones' ocasionales de su mente.
Entrevista en TVE (julio de 2010),