Filosofía Podada

Saturday, March 29, 2008

Matemático y filósofo

Tanto uno como otro son seres extraños. Se colocan en una dimensión del saber que puede apartarse de la vida ordinaria con suma facilidad. Uno juega principalmente con símbolos, otro básicamente con palabras. Ambas cosas son símbolos, a pesar de la apariencia de la proximidad de la palabra, y de la evidente lejanía de ciertos signos y sus relaciones. Pero los dos abusan de la metáfora conceptual, para adentrarse en cálculos fantásticos o en mundos inverosímiles. Para desarrollar estas funciones (matemática y filosófica) de un modo ‘decente’, el filósofo debería ser también matemático (lógico), y el matemático debería ser asimismo filósofo (calculador verbal). La mayoría de las personas que se dedican a la enseñanza de estas disciplinas en los centros de enseñanza de los tres niveles son profesionales parciales. Sólo saben repetir y apenas crear (recrear). Recrea el que sorprende incluso al autor de una teoría por su modo de explicarla o por su forma de aplicarla, como sorprende el buen violinista al autor de la partitura que interpreta. En un mundo más ‘serio’ se mueven los físicos y los químicos, no porque tengan los pies más en la tierra, sino porque son capaces de colocarse en cualquier parte del universo, tanto en la superficie lejana, como en el interior más recóndito. Siempre llevan la palabra y el cálculo pegados a ‘algo’. No entienden el valor del absoluto hegeliano ni les interesa el cálculo infinitesimal leibniziano. No les gusta volar en permanente centrifugidad. (Aceorking, 2-3-08).

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Friday, March 21, 2008

SAPIENCIA

Lengua y pensamiento: Dicen que dijo Unamuno: “La lengua no es la envoltura del pensamiento, sino el pensamiento mismo”. Va en la línea del significado del término griego ‘lógos’ (pensamiento y palabra). No en balde Unamuno era catedrático de Griego. Esto no contradice la afirmación de Heiddegger: “El habla es la casa del ser”.

Hombre o bestia: El hombre es el único animal capaz de aplaudir al asesino: Ejército, toreo, boxeo, terrorismo.

Filosofía (razón): El filósofo norteamericano Richard Tarnas (EL PAÍS, 19-3-08) se pasa a la Astrología para poder reorientar las deficiencias de la razón. Afirma que reina una profunda insatisfacción entre los humanos porque no se explican las grandes cuestiones, a pesar de los avances tecnológicos que prometían una progreso irreversible. C/ Visto que la tecnología (¿razón?) no lo arregla todo, ni explica las ‘grandes’ (¡qué manía por lo grande!) cuestiones, pretende explicarlas saliéndose de lo explicable, o sea, creyendo sin más. Dice que la contracultura de los años setenta (en que él estudió) luchó contra los valores sagrados, pero después parece que añoró su reposición, ya que “la física cuántica ha mostrado que el edificio de la razón tenía grietas”. C/ Me gustaría saber desde dónde lo ha mostrado esta ciencia, ¿desde la sinrazón? Da la impresión de no saber que el edifico de la razón siempre se está rehaciendo y reparando, porque nadie ha dicho que no se ‘agriete’ y no parece razonable mantenerlo con grietas. Según él, no se le dio la merecida importancia a Freud y a Jung, y por ahí descubrió (!) que había muchos paralelismos entre la posición de los planetas (cartas astrales) y la producción científica de los genios (por supuesto algo irracional), como son los casos de Galileo, Darwin y Einstein. Estos pobrecillos trabajando como monos todos los días, para conseguir sus éxitos solamente cuando los astros estaban bien ‘colocados’, sin darse cuenta (¡qué ignorantes!). Termina diciendo que sólo busca una reconciliación con la naturaleza (a mí me parece que se coloca algo lejos para eso). ¡Qué querrá vender!

Juan Verde, Cáceres-20080319X

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Saturday, March 01, 2008

Política y humor

¿Por qué nuestros políticos se empeñan en parecer tan infelices? ¿Cobran poco? ¿No tienen amigos? ¿Están enfermos? No hay derecho a que nos agobien constantemente con manifestaciones de irritación, crispamiento y desasosiego, aunque al final se pretenda camuflar el enojo y la inmoralidad (todo vale) con el cuento de Caperucita. Nuestros políticos y gobernantes deberían hacer unos pequeños cursillos de humor y de ironía (ya que no de Ética, Antropología y Educación para la Ciudadanía). Ya tenemos problemas suficientes, sin necesidad de que nos quieran meter bruscamente en la depresión general. Les pagamos para que nos ayuden, nos informen y nos animen. No para amenazarnos asiduamente con el infierno de la deseconomía, el desastre del paro y el apocalipsis del terrorismo. Los antiguos púlpitos se quedan cortos ante sus tribunas. Porque a veces resultan aún peores, ya que incluso los sanos se ven abocados al vértigo del borde mismo del averno (lasciate ogni speranza, avisaba Dante).
El humor hace falta para limar la tragicidad de la vida y, si queda tiempo, para divertirse. La ironía es necesaria para sonreír y para atacar al adversario sin herir ni faltar al mínimo respeto que merece toda persona no condenada por criminal. ¡Dígaselo de otro modo! ¡Cuéntemelo de otra manera, por favor!

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